Alemania ajusta sus expectativas económicas anticipando un crecimiento casi estancado para este año. El gobierno del canciller Olaf Scholz ha recortado su pronóstico de crecimiento del producto interno bruto (PIB) al 0,2%, una cifra significativamente inferior al 1,3% previsto meses atrás. Esta revisión se da en un contexto marcado por la recesión de 2023, la influencia de la guerra en Ucrania y la presión por mantener la salud del mercado laboral y la inflación contenida.
Recesión y perspectivas económicas
El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, ha señalizado que la agresión rusa sobre Ucrania continúa impactando negativamente en la economía alemana. Sin embargo, se resalta como una «buena noticia» el hecho de que Alemania ha logrado esquivar el desastre económico que podría haber causado el corte de suministro energético por parte de Rusia. Pese a la situación adversa, se espera una reducción de la inflación de un récord del 5,7% en 2023 a un 2,8% este año y un leve incremento del desempleo del 5,7% al 5,9%, manteniendo así un mercado laboral relativamente sano.
Factores detrás del ajuste económico
La desaceleración de las exportaciones alemanas, por mucho tiempo motor de la economía del país, es una de las causas del ajuste en las expectativas. Con un pronóstico de crecimiento de solo el 0,6% para este año, se apunta a los efectos persistentes de la inflación y su impacto en los mercados internacionales. Además, Habeck insta a la necesidad de atraer mano de obra extranjera para paliar la escasez de personal en sectores como la industria, los servicios, la gastronomía y la sanidad.
Desafíos políticos internos
Esta revisión económica llega en un momento de tensiones dentro de la coalición gubernamental de Scholz. Destaca el desacuerdo entre Habeck y el ministro de Finanzas, Christian Lindner, sobre la política de endeudamiento del país. Mientras Habeck aboga por flexibilizar el freno constitucional al endeudamiento, Lindner defiende mantener el límite actual del 0,35% del PIB a pesar de las circunstancias excepcionales experimentadas en los últimos años.
Impacto en la confianza y proyecciones políticas
La crisis de credibilidad del gobierno de Scholz se ve reflejada en los sondeos, mostrando un ascenso de la oposición conservadora y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), mientras que el SPD de Scholz se sitúa más atrás en la intención de voto. La discusión sobre políticas fiscales y económicas se mantiene como un punto de fricción constante, planteando dudas sobre la estabilidad a largo plazo de la coalición actual.