En un encuentro reciente de la G20, que agrupa a las economías más grandes del mundo, se ha debatido la posibilidad de establecer un impuesto mínimo global a los multimillonarios. Esta propuesta, que busca incrementar los ingresos fiscales y enfrentar la desigualdad de ingresos, surge en un contexto en el que, según la EU Tax Observatory, los más ricos en países desarrollados tributan una fracción menor de sus ingresos en comparación con la población promedio. A pesar de las complicaciones que su implementación pudiera acarrear, existe un precedente exitoso en la imposición de un tipo mínimo a empresas multinacionales.
El Problema de la Tributación a Multimillonarios
El director del EU Tax Observatory, Gabriel Zucman, resaltó en el cónclave que las sociedades democráticas se fundamentan en una tributación progresiva y que los regímenes fiscales actuales no logran gravar adecuadamente a los individuos con mayor capacidad contributiva. El informe de Oxfam complementa esta visión al señalar que los multimillonarios en países como Brasil, Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, enfrentan tasas efectivas de impuestos inferiores a las de un trabajador promedio.
La Propuesta de Impuesto Mínimo Global
La iniciativa propuesta por el observatorio tributario europeo contempla un impuesto mínimo global del 2% sobre el patrimonio neto de los multimillonarios, lo que podría generar ingresos anuales de aproximadamente 250 mil millones de dólares. Es importante mencionar que aquellos que ya estén pagando un 2% no serían sujetos a imposiciones adicionales bajo esta propuesta.
Desafíos y Perspectivas
A pesar del optimismo, alcanzar un consenso entre los países del G20 presenta un panorama desafiante. Quentin Parrinello, asesor político sénior del EU Tax Observatory, ha mencionado que las negociaciones podrían extenderse por años, dada la complejidad de la materia. Además, existen problemas prácticos como la movilidad de los multimillonarios y la diversidad de impuestos a los que están sujetos individualmente, lo que dificulta la armonización de las tasas a nivel internacional.
Arun Advani, profesor de economía de la Universidad de Warwick, resalta la dificultad de determinar el domicilio fiscal de los multimillonarios, quienes podrían elegir residir en países con tasas impositivas más bajas. Además, señala la complejidad de conciliar los distintos tipos de impuestos que afectan a las personas frente a las empresas, cuya tributación es más sencilla de rastrear y regular a nivel global.
Es clave comprender que, a pesar de las discusiones actuales, cualquier avance significativo en la implementación de un impuesto mínimo global a multimillonarios requerirá de un esfuerzo coordinado y sostenido entre las naciones más poderosas del mundo.