La Unión Europea ha aprobado un controvertido pacto de migración, a menudo referido como «el suicidio de Europa», que podría resultar en la llegada de hasta 75 millones de nuevos migrantes al continente. El comité LIBE del Parlamento Europeo aprobó la medida, que estipula la distribución formal de migrantes entre los estados miembros y sanciona financieramente a aquellos que se nieguen a acogerlos. La líder del ala parlamentaria del Agrupamiento Nacional, Marine Le Pen, describió el pacto como un «plan organizado de sumersión de Europa» y afirmó que es un trato con el diablo.
Detalles del Pacto Migratorio y Reacciones
El pacto migratorio de la UE formaliza la distribución de migrantes entre los países miembros, estableciendo severas penalidades económicas para los que rechacen participar. Por cada migrante no aceptado, el estado miembro en cuestión se enfrentará a una multa de 25,000 euros. Este punto ha generado controversia, especialmente en el contexto de los argumentos frecuentes que presentan la migración masiva como un beneficio económico esencial para el mantenimiento de los niveles del PIB.
La Posición de Hungría y el Análisis del Instituto de Investigación Migratoria
El Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, ha cuestionado las intenciones detrás del pacto, preguntándose por qué, si la acogida de migrantes es tan rentable financieramente, naciones del oeste de Europa buscan trasladarlos a Hungría.
«Entonces, varios países han indicado que no están de acuerdo. No queremos implementarlo. Al final, nos enfrentamos a un giro de eventos muy desagradable aquí.»
Róbert Gönczi, analista en el Instituto de Investigación Migratoria de Hungría, señaló que normalmente los migrantes redistribuidos a Hungría terminan yéndose a Suecia o Alemania, donde reciben pagos de bienestar social más elevados. También advirtió que el sistema de redistribución podría generar flujos migratorios internos en la UE, desde los países de reubicación hacia aquellos preferidos por los migrantes.
Implicaciones para el Control de Fronteras
Gönczi apuntó a una preocupación mayor: la posibilidad de que el fortalecimiento de las fronteras externas de la UE quede en segundo plano o no se aborde adecuadamente. Esta es una necesidad crítica, según el analista. La falta de interés en imponer controles fronterizos efectivos por parte de la UE ha sido subrayada previamente. El nuevo líder de Frontex, la agencia de la Unión Europea encargada de asegurar las fronteras, recientemente abogó por las fronteras abiertas y se comprometió a complacer a los activistas de izquierda que favorecen la migración masiva.